En esta preciosa playa confluyen dos cosas… Buques petroleros que descargan su producto en Puerto Sandino, y surfistas.
El sitio es espectacular, la belleza está a la vista. Y a diferencia de las playas de Carazo, no hay demasiados visitantes como para hacer que su visita sea incómoda.
El único reto es que no hay muchos lugares donde comer o tomar algo, por lo que es recomendable llevar lo que Ud. y su familia van a consumir.
La playa en sí es bastante limpia y sí vale la pena conocerla, sobre todo si lo suyo es practicar algún deporte acuático o conocer extranjeros, porque de estos hay en abundancia.
Y por último, agradecemos la gentil colaboración de las biólogas Érika Reyes y Yoleydi Mejía en cuanto a la preparación y consultas hechas sobre aves durante la visita realizada.